La Asamblea Nacional Constituyente deberá asumir el interés nacional como principio de política de Estado.
Paulatinamente, el país va dejando atrás tensiones del derrocamiento del régimen de Lucio Gutiérrez. A la par, rememora obsesivas consignas movilizadoras y se sumerge en mutaciones paralizantes.
Las Guerras de la Independencia crearon los Estados Latinoamericanos. Hoy en su mayoría están agotados. La independencia se interrumpió a poco de proclamarla y terminó sin llegar a ser la interdependencia que será en el futuro.
La guerra es aún lo más notable de la historia humana. Ha sido invocada para todos los quehaceres de nuestra especie y repudiada en esas mismas ocupaciones.
La política exterior tiene múltiples significados.
La propiedad sobre la tierra y la agricultura atentaron contra un momento maravilloso de la especie humana: el instante de los pueblos nómadas que descubrieron amaneceres, paisajes, soles, tierras habitadas, aguas de colores capaces de suprimir el cansancio.
En Ecuador, no existe posibilidad política de organizar un poder distinto. En otros momentos, una oposición destinada a sustituir intereses que administran el Estado materializó cambios y en consecuencia transformó el instrumento político de la nación.
Roma fue ciudad e imperio sin errores. Los imperios no yerran. Sus designios encumbran enigmas.
Las elecciones 2002 de Colombia muestran la decadencia de la organización social y el Estado colombianos. El triunfo de Álvaro Uribe Vélez hace visible la estrechez del régimen democrático y el carácter belicista de la todavía incipiente intervención militar extranjera.
La técnica del golpe de Estado falló. Pero rectificarán y volverán a insistir.