Lo dicho por el general René Yandún ha armado en las altas esferas un efímero alboroto con cierto matiz medieval. La verdad en tiempos de «democracia» no debe ser real sino legal.
La declaración de Heinz Moeller y Jaime Nebot, bendecida por LFC, sobre la convocatoria inmediata a Asamblea Nacional «con poderes omnímodos» sorprendió, y en primer lugar, al propio PSC que jamás participó de esa hechura, razón por la que su militancia la reputa contrarréplica y no programa estratégico.
El 10 de agosto, el presidente Interino presentó el Informe a la Nación que daba cuenta del «mandato» y el período comprendido entre su ascenso y el 10 de Agosto de 1997.
La moral evoluciona con las necesidades y el fortalecimiento de la condición del desarrollo; sus preceptos, axiomas y significados cambian. Los valores se relativizan. Para el individuo, las sociedades y el poder, esos mandatos, sirven y se usan de distinta manera.
El gobierno exhibe cierta dualidad en su política económica que oscila, con principios distintos, entre los pedidos del poder y los de los demás. Lo sucedido con el Banco Continental (su «estatización temporal») es síntoma de que una es la administración ante el régimen bancario y otra, frente al resto.
La presentación de los impasses propone la selección decantada de planteamientos anteriores y la disposición a tratarlos. Es la introducción a un intercambio de palabras con resonancia
Campo sensible y polivalente es el de la paridad cambiaria, ahora testigo de la aminorada declinación del sucre y la magra tendencia al equilibrio de algunos índices macro-económicos.
La mayoría de noticieros, comentarios y entrevistas ha adquirido algo de la violencia embrutecedora de la TV. El aluvión de datos alucinantes gesta ocupaciones anonadantes. La TV demuestra y exhibe fácilmente seudo verdades-soluciones-técnicas-conocimientos y con ellos perfuma el pronunciamiento social, el eco de su propia voz.
Más allá de la apariencia ética, de las imputaciones mutuas entre Alberto Dahik y LFC, está presente una disputa, la controversia entre el presente y el pasado en el seno del poder.
(…) y en 1988, los objetivos del partido eran claros. Pero en 1995, las cosas han sido muy diferentes. Rodrigo Borja