Analistas de Wall Street ofrecen al mundo algunos vaticinios circunscritos a la coyuntura.
La historia ofrece pocos momentos en los cuales la lógica y la razón conducen sus cambios. Ha evolucionado a través de la voluntad de sus actores, aunque no necesariamente desde sus arbitrios, a partir de intereses y posibilidades imperceptibles en cada comienzo, cuando se tensan las potencialidades, generalmente al margen del derecho.
El país perdió capacidad para regirse por sí mismo. El que pierde su moneda, pierde su política. Después de esto, lo mas grave fue haber entregado la base de Manta. Se perdió la política militar. A las Fuerzas Armadas, debilitadas por un poder degradado, se les impuso la obediencia, sin objeción alguna, ante la unipolaridad…
Reaparece el fantasma del darwinismo social. Los débiles y los tristes morirán antes, después seguirán los descerebrados por la “inundación de metales preciosos” que fundidos recorren piano-piano los últimos rincones del poder.
El informe del Presidente al Congreso Nacional estuvo enmarcado en la denuncia del período de Jamil Mahuad. Denuncia que sirvió para encubrir la continuación de esa política, la representación de los mismos intereses que usaron al derrocado Presidente y lo convirtieron en desechable.
Durante este año, se agravaron las circunstancias de existencia de Ecuador, a pesar del aparente restablecimiento de índices macroeconómicos.
El juicio fue un relámpago que reveló la subordinación del Estado y sus funciones al aparato bancario y sus confrontaciones. Demostró el fraccionamiento de un sector del poder económico representado en el sistema político y sus nexos, manipulaciones y control sobre los medios de comunicación colectiva.
Estado que pierde su moneda, pierde la política. Más aún, si lo hizo desde la desesperación de un decadente poder que la ofreció a cambio de su permanencia en los negocios de un país que renunció a su soberanía.
Taíti Bandraputra es el nombre de uno de los Estados extinguidos del Asia Menor. Participó en disquisiciones sobre agorerías y predicciones acerca de la Primera Guerra Mundial.
Es la afirmación de pueblos que así decantan su experiencia, al margen de la voluntad, la conciencia y el arbitrio.