A las condiciones en las que se inicia el proceso electoral 2002, se añade el pasado reciente. Momento en el cual el poder se resquebrajó y restableció para controlar la reacción social frente a la pérdida de soberanía del Estado y la estafa bancaria a la que fue sometida la nación.
La invención técnica y las armas siempre fueron referentes en el destino de naciones. Gestaron estadios en el desarrollo humano, reorganizaron pueblos, pensamientos y multitudes.
El golpe nació de la viciosa alianza de la comunidad financiera internacional con la banca especulativa, poder que se encarga de nombrar o echar, premiar o sancionar mandatarios y funcionarios.
El Estado-banca ha reiniciado su periódica oración por el regreso de sus mesías.
Según el despacho de AFP, “Timothy McVeigh, autor del atentado de Oklahoma City en 1995, fue ejecutado ayer por inyección letal. El condenado se mantuvo en una actitud que desafió a una sociedad estadounidense herida por su odio destructor”. AP añade, “fue ejecutado por el mismo gobierno que despreciaba”.
Un llamado a la unidad para superar la crisis ocupa el país.
El crimen contra Jaime Hurtado González y sus compañeros, Pablo Tapia y Wellington Borja, corresponde al desmoronamiento de la vieja política. El homicidio contratado sigue siendo una de sus obras.
El 10 de agosto, el presidente Interino presentó el Informe a la Nación que daba cuenta del «mandato» y el período comprendido entre su ascenso y el 10 de Agosto de 1997.
Los griegos proclamaron que su dios supremo, Zeus, era el hijo de Cronos, del Tiempo singular, único y eterno. Todo lo demás provenía, no de ese Tiempo sino de otro plural, divisible, perecedero que establecía las diferencias en las edades de las cosas, los individuos, las percepciones, los sentimientos, las potencialidades en la vida y…