Criticar una representación política es señalar sus determinaciones. Cuando la autoridad expresa directamente al poder, la crítica debe ubicar los intereses que constituyen las decisiones del gobierno.
Un día del año 2001, dialogaban en Washington el presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, y George Bush. El anfitrión, con el fin de encauzar los pareceres de Cardoso, exhibió sus virtudes y tácitos supuestos señalando que para él nada era mas importante que la patria, Estados Unidos, y nada mas imperativo que responder a los…
A comienzos de este siglo XXI, una fuerza del bien ha asumido la atribución de actuar contra el mal. Nada contrarresta su incontenible sed de justicia ni tan poderosa voluntad de acabar con los no competitivos, abundantes poblacionalmente. Estos excedentes se manifiestan como pueblos, culturas, economías, políticas, gobiernos, regiones, organizaciones, individuos.
Los atentados de terror en Nueva York aceleraron la militarización de la globalización comandada por la OTAN y el G-8 bajo la brújula de Estados Unidos. La hipotética aproximación entre Estados desarrollados y subdesarrollados se evidenció como un mito.
La transición económica que organiza la Unión Europea carece de representación política propia. A partir de 1991, ese espacio ha sido ocupado por la irrupción de la unipolaridad militar.
Ha desaparecido -¿momentáneamente?- la política internacional. Su lugar lo ocupa el antiterrorismo. Esto conduce al colapso del sistema de relaciones internacionales, a la momificación de la ONU, la substitución del Consejo de Seguridad por la súbdita OTAN y, de alguna manera, a la muerte del derecho internacional.
El mundo está espectando una transición grave. La economía avanzó mucho y su representación política quedó atrás. Los nuevos procesos no tienen encarnación política. Son clasificados desde una visión anterior y no desde una comprensión que se reconozca en la evolución que nos envuelve.
El país perdió capacidad para regirse por sí mismo. El que pierde su moneda, pierde su política. Después de esto, lo mas grave fue haber entregado la base de Manta. Se perdió la política militar. A las Fuerzas Armadas, debilitadas por un poder degradado, se les impuso la obediencia, sin objeción alguna, ante la unipolaridad…
La historia es también la de las guerras. Su significado plausible en los grandes, resulta condenable en los pequeños. Así, se acoge a los vencedores.
El día martes 14 de octubre en las primeras horas de la noche el presidente Mahuad se presentó ante el país y transmitió la proposición final: o se acepta la propuesta de los Garantes cuyo parecer será vinculante (y tradujo obligatorio para las partes) o quedan únicamente la paz armada y la guerra.