La acción instintiva de las masas por el progreso siempre implicó su cohesión y también reacciones brutales desde el poder. Con el Renacimiento emergió no solo la admisión del quehacer colectivo sino comprensiones que se convirtieron en consignas de fuerzas beligerantes. Mayoritariamente, los Estados feudales se derrumbaron en medio de la furia que se resumió…