La mutación de la política mundial y su proyección sobre los escenarios nacionales ha conformado espontáneamente corrientes unificadoras de posiciones diversas. La contradicción no es solo confrontación permanente, sino que, en muchas circunstancias, deviene fundamento del recíproco reconocimiento, consecuencia del actual curso del caos y orden mundiales.
La cohesión social se mantiene también con prejuicios. Y en el subdesarrollo, con cierta inquisición que sacrifica al ciudadano común en las brasas de las discusiones inútiles.
La división internacional de los procesos productivos va borrando las fronteras nacionales; es la superación (o el tránsito) de la producción nacional en la economía mundial que no se hace de la suma de economías nacionales, sino de la continuidad global de la producción precedida por una casi uniforme circulación financiera, crediticia, monetaria.
Los ojos no ven la luz -se dice- sino aquello que ella alumbra. Si nada obstaculiza su curso, la luz sigue invisible en la oscuridad del infinito universo.
Las definiciones de los contendientes en los procesos internacionales se resumen en pocos estereotipos: democráticos, fundamentalistas, comunistas, narco-guerrilleros y algunas variantes de estos platos que ofrece el menú de los medios de comunicación mundial.
La corrupción, que hoy preocupa mas al Poder que a la Iglesia, no es la misma de antaño. No se trata de aquella que infringe los Mandamientos ni de la que comete los delitos que el Código Penal tipifica ni de la que la moral pública condena. Ni siquiera de la que hizo exclamar a…
Rezagos de la disputa Este-Oeste son las denominaciones derivadas de la deshecha contradicción capitalismo vs. socialismo: pro-capitalistas demócratas y conservadores comunistas. Son nombres peyorativos y pasados que se interponen entre nuestra mirada y el presente.
Y la tempestad de la historia se convirtió en piedra. Quedó sin palabras. Una inmensa poesía muda. Las manos que la hicieron son las de Alfredo Palacio.
En la mitad atrasada del mundo opera un proceso para la destrucción del dilatado presente sin mañana. Hace las veces de explosiones sociales malogradas, de guerras justas perdidas, y en nombre de un equilibrio de laboratorio suprime hasta la memoria de lo destruido.