Antiguos emperadores solían consagrar los esfuerzos del reino a la invención de esencias que suprimiesen el hedor de la putrefacción que las pestes generaban. Hubiese bastado enterrar los cadáveres.
La política es (u organiza) relaciones entre intereses sociales que existen en lucha por el Poder o por su administración. A ella pertenecen los mejores y peores momentos de la evolución de los pueblos y naciones.
El levantamiento de indios Tzeltales, Tzotziles, Tojolabales y de mestizos socialmente ligados a deprimidos sectores medios en el Estado de Chiapas no se explica por las caducas descripciones de la disputa entre la democracia de Occidente y el comunismo de Oriente.
La palabra que resume las intenciones del gobierno es modernización. En sus inicios significaba muchas cosas, la polivalencia del término condujo a una pluralidad de creyentes en los destinos de la política que se instauró el 10 de agosto del 92.
La política economicista puede convertirse en ciencia oculta y elaborar un discurso axiomático, incuestionable, con el temple del dogma correspondiente a la apariencia.
La violencia ha sido camino de solución, cuando expresa una conciencia superior respecto del pasado que niega. La salida del problema de las drogas supone esta consideración. La administración norteamericana, hoy la reconoce.
El debilitamiento de la vieja conducción ideológica ha cedido ante la iluminación del economicismo, panacea y virtud al interior de cualquier quehacer del Estado.
El campo de batalla se modifica por la lenta disolución de fronteras nacionales en la política, la comunicación, el transporte, la migración de recursos de la economía mundial.
Algunos sectores empresariales advierten ciertas tendencias negativas en la economía tales como la reducción de las ventas, la contracción del empleo, la merma de la demanda o, en general, la incapacidad y ausencia de estímulos a los procesos productivos del mercado.