Emerge una nueva fuerza social. Intermediaria en los procesos productivos, afectada por la política económica impuesta hace 20 años. Discriminada y menospreciada. Corresponde a transportistas y nuevas generaciones de los pueblos indios.
El Presidente Mahuad ha desgastado símbolos religiosos para someter la conciencia social. Cuando inició su descenso hacia la jefatura del Estado, lo hizo con el slogan Jamil es el camino.
En la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe-Unión Europea, en Río de Janeiro, Brasil, el día 29 de junio de 1999, tomó la palabra y dijo:
Palabra que titula potencialidades diversas es ejército. Al margen de las armas, se usa para denominar la profusión de desocupados y, a veces, de miserables muchedumbres. Difícilmente nombra la prodigalidad espectral de los mendigos.
El Derecho Penal siempre estuvo ligado a circunstancias ideológicas, activa la consolidación de los intereses que lo auspician, pertenece a la órbita de la subjetividad del poder e influye en el fanatismo colectivo.
La política es escenario en el que se correlacionan modificándose, integrándose, divergiendo o convergiendo los intereses de un país. Es instrumento de relaciones trascendentes que conforman Estados, naciones, procesos económicos, culturales, organizativos, sicológicos.
El tema está planteado hace muchos años. En Ecuador, también. El país debe discutir con amplitud y disposición a renovar sus concepciones.
La historia es también la de las guerras. Su significado plausible en los grandes, resulta condenable en los pequeños. Así, se acoge a los vencedores.
Ecuador está atrapado en el pasado. Esa continuidad satura dramáticamente las publicitadas soluciones que carecen de trascendencia.
El 30 de abril de 1999 diario El Universo informó sobre el «Préstamo de FMI para pagar la deuda externa», destino real que significa mantener el concertaje como política financiera. La información describía el mecanismo acordado que reedita el círculo vicioso de la deuda: más recursos para gastos improductivos que se pagan con créditos especulativos.