La temperatura mundial se elevó notablemente en la última década.
Es imperioso y trascendente reconocer en el voto nulo un voto válido.
El conflicto en la relación Ejecutivo-Legislativo oculta, en la disputa por el IVA, un problema real. La cuestión es particularmente política y desborda todo afán de recuperación de recursos: “está convenido con el FMI”. La aprobación del incremento al IVA marca otro momento en la decadencia y pérdida de soberanía.
La globalización generada por avances de la ciencia y la técnica cuestiona a la denominada “comunidad financiera internacional” integrada por FMI, BM, BID, CAF y otros. Estas instituciones siguen iguales a su pasado.
El ALCA no es únicamente el objetivo del libre comercio en las Américas.
La estrechez de los intereses que han conducido el Estado y la política, en especial la económica, se ha transformado en catástrofe que se manifiesta como parálisis de las fuerzas productivas, principio del fin de la soberanía, degradación total de la administración del Estado.
La historia ofrece pocos momentos en los cuales la lógica y la razón conducen sus cambios. Ha evolucionado a través de la voluntad de sus actores, aunque no necesariamente desde sus arbitrios, a partir de intereses y posibilidades imperceptibles en cada comienzo, cuando se tensan las potencialidades, generalmente al margen del derecho.
El país perdió capacidad para regirse por sí mismo. El que pierde su moneda, pierde su política. Después de esto, lo mas grave fue haber entregado la base de Manta. Se perdió la política militar. A las Fuerzas Armadas, debilitadas por un poder degradado, se les impuso la obediencia, sin objeción alguna, ante la unipolaridad…
Reaparece el fantasma del darwinismo social. Los débiles y los tristes morirán antes, después seguirán los descerebrados por la “inundación de metales preciosos” que fundidos recorren piano-piano los últimos rincones del poder.
El sentimiento corresponde a cada uno de los intereses de la nación.