Y la tempestad de la historia se convirtió en piedra. Quedó sin palabras. Una inmensa poesía muda. Las manos que la hicieron son las de Alfredo Palacio.
Leía con atención el periódico cuyo titular rezaba “formidable bombardeo…” Y sin mover los ojos ingresó en la noticia.
Un comentarista -arbitrario y voluntarioso- preguntó a Pelé las razones por las que Brasil «envió un equipo de tercera a la Copa América, señal de irrespeto a la afición americana». Pelé repuso que no estaba de acuerdo con el contenido ni el sentido de la pregunta.
Nada más difícil ni más útil que ese gesto de placer, relajamiento, concesión, tolerancia, supremo invento de la especie, la risa, idioma de incuestionable universalidad en todas las edades.